En esta ocasión, hemos
disfrutado de una espectacular ruta en el magnífico entorno del Pinsapar de
Grazalema.
La Directiva del Club se
ocupó de solicitar y obtener los permisos necesarios para poder acceder al
Parque Natural. A las 7 de la mañana, partimos en autobús desde Alhaurín para,
tras una parada para desayunar, desplazarnos hasta Grazalema, en la provincia
de Cádiz. Aunque conocido, este pueblo siempre nos sorprende por su belleza y
el enclave en el que se encuentra.
Algunos componentes del
Club eligieron no hacer la ruta, y disfrutar del pueblo de Grazalema, así como
de Benamahoma y El Bosque.
El resto del grupo nos
adentramos en el sendero, que se inicia con una pendiente algo pronunciada pero
cómoda, entre pinos. Nos ha acompañado mucho el tiempo: hemos disfrutado de un
precioso día otoñal, nublado y húmedo, agradablemente fresco. Ideal para esta
ruta.
Al finalizar la subida,
nos encontramos con unas vistas excepcionales de todo el valle, en las que alcanzamos a ver distintos pueblos,
entre ellos, Algodonales.
Continuamos la ruta por la
zona más alta, deleitándonos con las majestuosas vistas, los colores y los
olores del otoño… Así, caminando entre
alcornoques y diferentes arbustos, nos adentramos en el bosque de pinsapos, algunos
de ellos sorprendentes por su tamaño y
formas caprichosas. La humedad de la zona se aprecia también en el musgo que
cubre muchos de los troncos.
Poco a poco, a través del
cómodo sendero que atraviesa el bosque, fuimos saliendo de él y acercándonos a
Benamahoma. El pequeño sendero se fue transformando en una pista que recorrimos
en sentido descendente hasta llegar a Benamahoma, nuestro destino, tras unos
doce kilómetros de recorrido en los que invertimos algo más de cuatro horas.
Una
vez en Benamahoma,
dispusimos de un tiempo para comer, descansar y reponer fuerzas. Algunos
compañeros decidieron continuar la ruta hasta El Bosque.El resto, nos trasladamos a El Bosque en el autobús, donde nos reunimos con los demás compañeros del
grupo y aprovechamos para tomar un café.
Ya en el autobús, en el
camino de regreso, el día nos tenía reservada una hermosa sorpresa: el sol,
oculto durante toda la jornada, apareció tímidamente lo suficiente para formar
un maravilloso arco iris completo, adornando el cielo, desde un extremo al
otro.
Un maravilloso regalo para finalizar un fantástico día.
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